Se supone que era un cafe.

Loca y extrañamente tratando de evitar la depresión me fui de mochilazo al hombro a Paris una rara conducta en mi si he de admitir, en fin necesitaba despejarme y ver escenarios distintos a los de siempre. De repente conocer a este chico que sin más ni más me invitó un café ¿por qué negar?
Quería verme linda si que demore un poco más en mi arreglo seria raro andar en la lujosa parís como cualquier persona, creo que las referencias de mi nueva hermana Alice funcionaban en mi.

Llegué corriendo hasta el sitio donde quedamos de vernos, allí estaba él me alegraba de haberme arreglado más de la cuenta.

-Hola, siento el retraso-sonreí apenada.

Lo saludé con un besos en la mejilla sus palabras me sembraban el extraño presentimiento de un coqueteo tibio, como que estaba tentando la situación.

Estaba siendo todo un caballero, esos chicos eran justamente de los que casi ya no habían y los mas competidos por las chicas, me pude figurar una hilera larguísima tras de él esperando ansiosas su turno.

-No te preocupes está bien que comenzaras, a mi se me antoja una copa de sangre tibia-dije sonriendo ante mi mal chiste-pero un café estará bien como inicio.

Comencé a contarle como es que había llegado hasta ese lindo sitio, y un par cosas que había visto rumbo a él mientras el mesero se dirigió por mi orden, volvió pronto con lo que solicito Erik.

Había pensar por adelantado, sonreí ante su idea cuando vi verter la sangre en el vaso, se veía bien y el aroma pues parecía de calidad. Tomé el vaso y di un sorbo, el sabor era excelso.

-Espera ¿no será sangre adulterada para que me rinda antes tus encantos más fácilmente?-dije entre carcajadas el simplemente me miró y río-Anda toma un poco compartamos es un buen vino añejo.

¡Así que hacerme experimentar con mis sentidos!, esa frase la tendría bien presente por toda la tarde noche. Chico coqueto en puerta, y yo tan mala para coquetear, bueno lo cierto es que solo una vez en mi vida lo había hecho con Jacob pero me había salido pésimo, cómo lograría seguir el ritmo de Erik, no mas bien la pregunta era ¿tendria que seguirlo seguirlo?.

Reí para que notara que también tenia sentido del humor, iba a confiar en este chico que tenía un toqué encantador que me decía que era simplemente así de natural.

-Confiare en que no necesitas de sustancias mezcladas para que una chica caiga ante tus encantos-sonreí choqueé mi vas con el suyo. No me quitaba la mirada de encima como tratando de descubrir algo.

Su pregunta calo en el sentido de que obviamente había alguien ciertamente el único dueño de mi ser completamente, peor alguien que estaba ausente, que simplemente de vez en cuando se iba de la casa por largas temporadas para encontrarse existencialmente, creía que aun no podía perdonarse el convertirme, aunque nuestra familia era perfecta.

-Estoy aquí para eso, para olvidar, bueno no olvidar no es la palabra para bloquear esos sentimientos, por favor estoy pasándomelo de maravilla ¿podemos dejar el tema de desamores y pasar a otro? Solo diré sola aquí en Paris, con nada más que mi equipaje intenté sonreír.

-Te voy a hacer una advertencia literalmente con todas sus palabras, no soy como todas las chicas, soy extraña y muy poco común-sonreí-eso te pone las cosas difíciles si pretendes usar tus encantos en mi contra para debilitarme, no soy chica fácil ni regalada tendrás que pasar por cosas y situaciones que demuestren que eres cierto y que eres más que un chico guapo seductor, y mi instinto me dice que esa mirada de ángel que tienes esconde la gran colita de demonio que traes de tras-dije mirándolo atenta quería ver cada una de sus reacciones-sin embargo creo que va a haber tiempo de conocernos y descubrir o no mi teoría.

-El tiempo Erik siempre decide todo. Sabes cuando uno es eterno el tiempo pasa unas veces tan lento, a menos que seas feliz estando al lado de una persona, la compañía es culpable de que el tiempo vuele, además las cosas pasan el la vida por algo, las personas, circunstancias y entorno alrededor siempre evoluciona un día esta todo bien y después boom cambia, así es la vida retos y tropezones de los que hay que levantarse, talvez después de tomar mas fuerzas te encuentres con una sorpresa que jamás imaginas-ahora nisiquiera sabia de que estaba hablando yo misma esperaba que él me entendiera, yo misma me revolvía con mis propias palabras.

-El pasado eso es, pudieron pasar tantas cosas sin embrago eso te conduce a ser lo que eres hoy, te hace crecer con golpes y también te da alegrías, y pues mi pasado se quedara allí guardado por mi bien y el de los demás. Debo decir que mi vida amorosa ha sido muy complicada ciertamente y tan corta que te burlarías de escuchar números, así que será mejor que continuemos con tu plan original, lo siguiente el tiempo y destino lo decidirán, que actúen solo espero se para bien.

-Dejarse llevar, las sorpresas de la vida o de la eternidad en nuestro caso son interesantes a veces, uno nunca sabe de repente eres sorprendido con circunstancias o personas que aparecen de la nada y comienzan a iluminar tu vida rápidamente-recordé cuando conocí a Edward hacia años ya como cambio mi panorama de la vida-por ejemplo tu coquetería me demuestra que dentro debe haber un chico tímido que teme enamorarse-lo miré atenta.

Sus teorías eran tan especiales y tocaban cada parte, cada recuerdo, cada momento. Sonreí al mirarlo.

-Esperemos que algún día lo conozcas y tengas el lujo de disfrutarlo, porque si eres correspondido es la mayor alegría que se puede tener, cuando estas allí junto de esa persona y sientes su cariño su amor eso es lo que te hace querer arriesgar una y otra vez con tal de estar bien, y con tal de darle todo tu ser y hacerlo feliz. A veces es bueno ayudar a las personas a perder sus miedos.

Había algo en este chico místico que me hacia querer descubrirlo más, primero la manera en que nos conocimos me había invitado simplemente a salir y yo acepté y ahora la platica sobre el amor, en fin era una buna compañía.

-La verdad ésta clase de platicas son difíciles y a su vez extrañas-me encogí de hombros-estoy tan revuelta con todo esto del amor que ya ni siquiera sé lo que digo o pienso, ni siquiera se si soy capaz de amar o no.

Tenía razón la idea era pasar un buen rato, no estar mal, simplemente divertirnos y olvidar, si dejarnos llevar por el tiempo y pasarla bien, esa era la opción segura para no recordar viejos tiempos, para quitarme temores de que la historia se volviera a repetir.

-Sácame de este sitio, necesito despejarme, por favor-fue lo único que dije y traté de dirigirle una sonrisa, la alegría no llegó a mis ojos la verdad el tema me había puesto tensa y un tanto triste.