Segundo encuentro... inesperado

Vine hasta aquí para ver si él me estaba mintiendo y había vuelto a lo mismo, un bar y un viñedo no tenían por que mantenerlo tanto tiempo ocupado, tomé el dije que me había regalado el día de la boda y me lo puse a la vista, una cosa era que fuera temeraria y otra que quisiera morir tan pronto en las manos de cualquiera de sus amigos... respiré profundo antes de dar un paso dentro de ese lugar de matones donde lo único que alguien como yo podía ir a buscar muerte... sólo eso, sujeté el dije con fuerza y entré.

Observé el lugar y mis pasos eran seguros sólo era cuestión de preguntar a cualquiera por él y alguien me tendría que dar informes, las miradas de todos recayeron en mí, era la primera vez que no me sentía una diva en una pasarela de modas cuando pasó esto, pues no eran buenas intenciones, si por ellos hubiera sido me hubieran cortado el cuello por decir lo menos, en muy poco tiempo, respiré y me acerqué a la barra, crucé la pierna, llevaba una sonrisa en el rostro para ocultar el miedo, una vez le reclamé haberme traído aquí y ahora se me había ocurrido venir sola -Un martini, por favor- ordené mientras veía si reconocía al tipo que había fungido como niñero aquella vez pero no lo encontré, no quería pasar mucho tiempo aquí el nerviosismo me ganaría pero mis ojos se toparon con otros que ya conocía muy bien, la sorpresa me invadió, gesticulé con los labios -¿Damon?- su sonrisa torcida y esos ojos eran algo que no se olvidaba fácil.

Vi como esos ojos y esa sonrisa se acercaba a mí me giré hacia la barra para recibir mi bebida y escuché lo que él me decía, sabía que no saldría mal herida por ninguno de los cazadores que aquí se encontraban o eso quería pensar, había dejado el dije a la vista lo suficiente como para que todos lo vieran sin necesidad de aproximarse a mí ni cinco metros, era lo que me identificaba y después de portarlo y que ellos supieran que era mío todavía podía descansar aunque no lo portara en ocasiones subsecuentes, sonreí y giré a verlo, tenía pocas cartas y coquetearle no era una que me ayudara, todos sabían quien era y eso me perjudicaría -No soy suicida Damon, todos estos hombres son incapaces de tocarme un sólo cabello- estaba tranquila e incluso podía sonreír porque sabía que él no estaba conmigo pero aún así se había asegurado de que estuviera segura, segura aún en este lugar lleno de asesinos.

Tomé mi bebida y le dí un pequeño trago -¿Qué es lo que te trae a ti por estos rumbos? No eres cazador no te atarías a un grupo no creo que sea tu naturaleza- dejé la bebida en la barra mientras giraba a verlo, seguía exactamente igual a como lo recordaba y esa sonrisa que pocas veces se había borrado de mi mente, sentí un dolor en la espalda de nuevo al sólo recordar como fue que lo conocí, ví que se terminó su bebida -Otro tequila para el señor y paga... usted sabe perfecto a cuenta de quien lo tiene que poner- el hombre de la barra tenía cara de sorpresa y no era para menos seguramente la primera vez que había pisado ese lugar ellos pensaron que era una víctima más y que había cambiado sus métodos de tortura.

Escuchaba sus teorías poniendo atención mientras bebía un poco de mi trago, sonreí, tenía razón en varias de ellas si no es que en todas, pocas veces daba la razón en algo mi naturaleza hacía que hiciera rabiar a la gente -No estaría tan segura de que todo lo que dices sea verdad, no sabes por que me ven como me ven, si te dar cuenta la mayoría son vampiros... Todos cazadores expertos, de años... quizá siglos y ninguno siquiera me tocó un cabello, incluso me atienden y tengo cuenta... puedes preguntar a nombre de quién está y te darán mi apellido...- termine de beber mi trago y me giré para verlo seguía con ese cinismo tan característico de él -Las apariencias engañan Damon, no te has puesto a pensar que yo no tengo que matar cuando puede ser que tenga a alguien que lo haga por mí... como por ejemplo este bar, no son tan malos y es por algo y ese algo tú aún no lo sabes Damon- vi a "mi niñero" y lo saludé con una sonrisa y un movimiento de cabeza, la daga la había olvidado por unos instantes y volví a sonreírle a Damon mientras ordenaba otro martini -Es una daga profesional, con un filo sorprendente y que no es para aficionados- precisamente por todo esto yo le había dicho que no quería una daga pero insistió an el momento en el que aceptó darme clases, llegó mi trago y bebí un poco sabía que la credibilidad estaba en que tanto creyeras tú que era cierto lo que decías y con él no podía mostrar duda ni un segundo -Por otra parte tengo muchos conocidos cazadores, no sólo aquí, como verás sigo viva al contrario de quererme cazar me cuidan o simplemente no me hacen nada tengo como... privilegios por llamarlo de algún modo- terminé mi trago de nuevo pero ésta ocasión sin pedir nada más necesitaba regresar a mi casa y con aliento alcohólico en el aeropuerto no me dejarían -Y bueno el que no pertenezcas a un grupo como este lo entiendo puesto que tú matas porque sí, mientras ellos tienen un porqué que los hace actuar, no sólo es instinto... animal- claro su porque era librar al mundo de los míos pero alguien me protegía, sonreí al sólo recordar esto -Si quieres beber más, sólo pide yo te invito- dí una palmada en su hombro y me levanté de mi silla para salir de ahí.

Caminé despreocupada hasta que Damon gritó algo y no pude más que voltear a ver las mentiras que acababa de decir... mi cara fue de horror cuando dijo que yo pude haber matado a mi marido, llevé una mano a mi boca mientras los demás cazadores me veían, el dije aún se veía en mi pecho, pero bien lo pude haber robado con lo que acababa de decir Damon.

Vi la escena mientras él tomaba de mi brazo y me sacaba de ese lugar -No tengo nada que agradecerte esa daga también tiene tus huellas- en cuanto llegara a mi casa de nuevo tenía que hacer que Romanus marcara para que les aclarara toda la situación a él le creerían y más si aún lo veían vivo y siendo mi esposo -Tengo mi conciencia tranquila Damon, no tengo de nada de que preocuparme...- sabía que esto se resolvería -Sólo es cuestión de hacer unas llamadas a las personas indicadas y todos los problemas desaparecen- eso me lo había enseñado Jo... no era posible que no me lo sacara de la cabeza.

Había cometido dos veces el mismo error, le dí la espalda y él había hecho de las suyas -Pero sabes que es muy chistoso Damon... para no jugar sucio tienes las manos muy negras- arqueé una ceja mientras soltaba mi brazo del suyo -A ese bar podré regresar cuando yo guste y volveré a ser atendida pero tú no creo que puedas decir lo mismo Dam...- acomodé mi cabello y caminé hacia la acera para pedir un taxi -Algún día perderás y ese día lo quiero ver- para mi desgracia nada pasaba, las calles estaban demasiado solas.

Me estremecí de solo pensar que Joseph pudo estar en ese bar y este tipo que se creía más de lo que era... y su obsesión por demostrarlo, sabía que Romanus no era malo en lo que hacía pero sólo pensar que le pudo suceder algo... no lo toleraba, nunca me iba a acostumbrar a sus risitas burlonas y sarcásticas -No me da miedo caminar y no me da miedo ningún tipo- no venía ningún auto, no era posible que tuviera tan mala suerte.

Dí media vuelta y lo vi sentado en una banca de parabús -No me das miedo... si es lo que quieres escuchar- empecé a caminar por la acera de un lado a otro esperando que algo llegara pero no sucedía -Te sobrevaloras mucho Damon, a veces tanta autoestima no es buena- saqué mi palm y marqué un número pero no obtuve respuesta del otro lado, necesitaba que el malentendido se aclarara... la guardé de nuevo y me sente en la misma banca que Damon -Claro no eres la mejor compañía pero no tengo ganas de caminar y después de todo se supone me sacaste de ahí para hacerte cargo de mí- me reí un poco -¿También funges como cuidador o algo por el estilo?- me recargué en la banca esperando su respuesta -Lo único que lamento es que haya perdido mi daga de esa manera aunque sé que la puedo recuperar- me estaba desesperando.

Era de lo más patético tener aquella conversación... Damon realmente lograba que yo me desesperara y quisiera salir gritando que alguien lo matara, que alguien lo pusiera en su lugar y rogar que esa persona llegara pronto... era lo que él necesitaba, que alguien lo ubicara para que se diera cuenta de que no era lo todopoderoso que él creía... sabía que todos nosotros teníamos algo más que simple fuerza... pero no era para querer controlar el mundo con un solo dedo -Romanus es mi apellido... Clarisse Romanus, Damon, creo que te lo dije cuando nos conocimos...- era mi apellido no era mentira... claro mi apellido de casada, pero eso era algo que tenía que evitar a toda costa él se enterara por que sabría que existía en el mundo alguien que si me importaba y que aunque se pudiera defender solo, simplemente esa presión yo no la podía soportar.

Me levanté cuando sacó sus llaves, realmente no sabía que iba a hacer en este preciso momento pero la cordura generalmente no me acompañaba, me adelanté unos pasos a donde estaba Damon dándole la espalda y me safé la argolla de matrimonio guardándola en la bolsa de mi pantalón, giré de nuevo mientras hacía el cambio de anillos para que no se notara la falta de uno donde ya tenía una marca, los otros me los ponía sólo ocasionalmente así que no tenían su lugar en mis dedos -Nadie está a mi cargo, me puedo cuidar sola y no tengo casa aquí en Monterrey, pero podría pensar en comprar alguna muy pronto- respiré profundo y dí un paso en su dirección -Pero ya que eres tan amable me puedes llevar a mi hotel- varias personas me dirían "loca" de irme bien si es que no pensaban en refundirme en un manicomio, realmente no sabía por que lo hacía.

Iba caminando no a la par de él... a veces adelante, a veces atrás, no mantenía su paso y el mío era dispar, llegamos a su auto -No creo que lo hayas comprado tampoco así que... no importa como lo obtuviste- entré al auto y escuché su pretexto "Rolex... Rolex... claro" vi como se fue hacia el lugar de donde veníamos, saqué mi palm rápido y tecleé un mensaje, sino contestaba llamadas mínimo cuando encendiera la palm se daría cuenta de que tenía un mensaje en el móvil... mandé el mismo mensaje a dos personas, al menos dos personas sabían que mis locuras me habían rebasado de nuevo.

Guardé la palm de nuevo cuando vi que venía y entró al auto -Los mexicanos no tienen buena fama... es muy raro que un reloj como ese permaneciera tan siquiera cuando dimos la espalda a esa banca- me llegó un olor a sangre pero no sabía de donde provenía -Estoy hospedada en el Radisson Plaza Gran Hotel Anci- le dije mientras prendía el estereo, era una costumbre -Buen auto... pero no es algo que me impresione- encogí los hombros mientras seguía conduciendo, ese olor no se disipaba y mis sentidos seguían alerta mientras mis gestos parecían que estaba relajada por completo -¿Sabes donde está el hotel o quieres que te diga como irte?- quería sonar normal pero ese olor me preocupaba... no dudaba mucho que él pudiera traer un cadáver en el auto.

Claro la reacción era la de cualquier hombre que se pone frente a un volante y se cree totalmente invencible, algo que con Damon pasaba con o sin volante de por medio -Dije que si sabías... o... te decía- crucé los brazos sobre mi pecho cuando mencionó lo de "niña" esa bendita palabra tantos problemas me había traído y me había costado tanto erradicarla que simplemente me daba vueltas cada que me la repetían -Me gusta la velocidad, he ido a carreras clandestinas- si podía ser una "niña" pero no una "niña buena" quizá no mucho pero sabía perfectamente como era el ambiente.

Cuando escuché su risa, respiré... era cierto casi llegábamos al hotel pero lo demás... todavía estaba por verse así que todavía no podía decir que había llegado sana al hotel en donde inmediatamente tomaría un teléfono y pediría un boleto para regresarme a mi casa -Bueno la música alegra... pero tú de verdad que pareces un viejo... que aunque no aparenta los años que tiene si los carga a cuesta...- apagué la radio de golpe para que no se siguiera quejando de que la música y cualquier otra cosa.

Ese olor seguía en mi nariz y empezaba a darme cierta ansiedad por saber de donde provenía -¿Cuándo fue la última vez que cazaste?- la pregunta era para saber mi respuesta... pero recordé que cuando estábamos en la banca ese olor no me llegó... era un olor nuevo.

Algo me decía que no podía confiar en él... no podía hacerlo puesto que esa sonrisa y esos ojos no podían estar diciendo la verdad, suspiré cuando vi que ya faltaba realmente muy poco pero todavía alguien que tiene una velocidad impresionante podía hacer cualquier cosa en tan poco tiempo -No dudaría que trajeras a alguien en la parte trasera desangrándose, sólo espero que eso no sea verdad- trataba de sonar tranquila mientras veía las aceras llenas de gente que ya se dirigía hacia sus casas.

Tenía mis manos puestas sobre el bolso para sentir vibrar el móvil por si alguno de los dos me respondía sencillamente esto no sucedía, ni Morten y mucho menos Romanus se habían molestado en observar su móvil... en ese momento pensé que hubiera sido bueno dejarle un mensaje a mis padres también, al menos ellos siempre estaban al pendiente de que les llamara por las mañanas para saber como estaban -No es ninguna cueva y si ya quiero llegar o perderé un avión- la sangre nunca me había alterado como lo había hecho en esta ocasión.

Sabía que no todo podía estar saliendo tan bien, me quería dar un golpe por haber creído que Damon me llevaría hasta mi hotel, de buena gana, sin hacer nada y mucho menos sin siquiera intentarlo, respiré profundo meditando su respuesta -No me eches la culpa de las atrocidades que haces Damon, bien sabes que aunque yo intentara que no mataras a alguien lo harías, y no sería yo la culpable, tú matas por gusto y según tú nadie puede detenerte...- lo miré, esa era la verdad, él no se detendría por que alguien lo pidiera o incluso luchara.

La sangre que venía invadiendo mi sentido del olfato además de todo ya no era algo que estuviera fresco y no había ningún olor a humano, era sólo sangre, pocas cuadras faltaban para llegar, tres cuadras menos de cinco minutos y yo estaría, esperaba, a salvo -¿Algo mío?- vino a mi mente la daga de nuevo y me maldije, sin embargo quizá el no la tendría y no tenía porque tenerla si estaba en el bar en el pecho de aquél barman, inspeccioné sus recuerdos y vi algo que no quería -Esa daga tiene un significado especial para mí, pero no con eso me incriminarás ni harás que yo me sienta culpable, YO NO HICE NADA!!!- estaba enojada de nuevo el color verde apareció en el semáforo.

"Débil y predecible" recordé lo que siempre me decían "niña", suspiré mientras lo escuchaba y veía como era que el tono de su voz se incrementaba, lo observé unos instantes y después "¿Qué?" había dado una vuelta innecesaria puesto que estábamos a dos cuadras del hotel... dos cuadras... dos y yo... yo ya no estaba a salvo, estaba a merced de este enfermo.

Lo observé de nuevo como si esto no hubiera sucedido -¿Qué haré?- la pregunta fue en un tono retórico -No te daré gusto Damon, dí lo que quieras, esa muerte no me costará a mí, como no me costará la de la persona que tengas en la parte trasera del auto, no hice nada y no me interesa lo que digas- cambié la estación de radio, simplemente para tener algo que hacer y no quedarme quieta -Si quieres matar a la persona que traes, mátala, me da lo mismo, si te quieres quedar con mi daga, quédatela, yo si tengo el dinero suficiente como para comprarme otra, has lo que te plazca, tu vida no me interesa en lo más mínimo- sólo iba viendo al frente o hacia donde él se encontraba, sabía que nos íbamos alejando "maldito celular no suena, cuanto les importo... gracias" -No harás que vuelva a entrar en fase Damon, no te volveré a dar la espalda- le subí más volumen a la radio y me puse a cantar la canción como si todo estuviera lo más tranquilo que uno se pudiera imaginar y estuviera con un buen amigo.

Al momento de que subió la velocidad del auto yo seguí cantando no le daría gusto de que me viera gritar además las carreras de autos me gustaban, así que no había nada que temer "Maldita sea, maldito celular, vibra al menos para que sepa que alguien ya está enterado de que no estoy en casa" me estaba desesperando que las dos personas que supuestamente siempre me cuidaban no estuvieran cuando los necesitaba.

No prestaba atención a nada -Ya te dije que no me interesa lo que hagas Damon, no me interesa nada, así que por mí... lo mejor que podrías hacer es morirte, pero no lo harás así que has lo que quieras- cambié de nuevo la estación de radio y me puse a cantar la canción que sonaba, era con ritmo, al menos así no se me bajaría el ánimo, de pensar que podría hacer este maniaco -A ti también te nota que estás enamorado de mí, de mí, mi carita linda yo quiero que me regales tus besos- bailaba al ritmo de la canción, esperaba que Damon no pensara se la cantaba a él.