Roselie y yo

Caminaba lentamente por casa, no sabía que hacer por loc ual estaba algo inquieto. Decidí ir a mi cuarto, prender un rato mi consola de videojuego y matar el aburrimiento. Al abrir la puerta de mi cuarto me di cuenta de que Rose estaba acostada en nuestra cama y parecía dormitar. Me acerqué a ella despacio, contuvé la respiración y al posar mi mano sobre su cabelló ella se despertó...

Sus delicados y finos brazos rodearon suavemente mi cuello, mientras ella hacía esto yo le acaricé sus dos mejillas con las yemas de mis dedos.
"Cada día que pasamos juntos luces mas y más hermosa cariño".
En ese momento nuestros labios se unieron en un momento que parecía no tener fin

"Bueno Rose es que tengo que decirte algo, no es nada serio pero creo que tengo el deber de decirtelo", mientras decìa esto puse cara de srio y le mecía su cabello con mis dedos.
Ella puso una cara de preocupaciòn y de consternación que casi hace que me muriera de la risa.
" Rose, querida, es muy de mi pesar avisarte que el día de hoy... no me razuré ni me bañé!!!!!" dije osltando una gran y sonora carcajada. aprovechando su momento de confusión la recosté sobre la cama y me dispuse a besarla

"No pero ¿por que?, Rose querida no te enojes solo fue una pequeña broma". Había metido la pata, lo sabía y había arruinado el momento qeu habíamos logrado conseguir.
"De verdad lo siento, cosita, fue una pequeña broma" dije haciendo cara de bebe y emitiendo unos sonoros pucheros.
"¿Me perdonas?"

Me había salvado, por un momento pensé que había arruinado todo, pero una buena cara de bebe lo solucionó todo.
Nos besamos apasioandamente, uno o dos o tres minutos, no se cuanto tiempo estuvimos unidos uno al otro.
Nos separamos por un instante... nos miramos y volvimos a besarnos. Le empezé a quitar la blusa lentamente y ella me quito mi camisa...

Le quite enteramente la blusa, nos miramos con ojos de deseo y seguimos besandonos una lo que parecía una eternidad. Ella seguió recorriendo su mano cada vez mas abajo... Me agarró el cinturónd e mi pantalón y me lo quitó con una fuerza que declaraba deseo, pasión y lujuria...

Me empezó a besar el abdomen... estábamos totalmente desatados. Yo le quité su falda poco a poco. Besando cada milímetro de sus piernas. Le acariciaba sus lindos piecitos mientras ella me revolvia el cabello apasionadamente... después ella hizo algo que me prendió mucho más...