Encuentro en el Plaza

Tengo que reconocer que los gustos de mi padre han mejorado mucho... O los de sus "clientes", en eso no me meto. Lo normal hubiera sido que me mandaran a un hotel barato que ni siquiera estuviera en Manhattan, pero me mandaron al Plaza, ¿qué más puedo pedir? Después de instalarme (algo muy rápido, no llevo mucho equipaje), me cambié de ropa y bajé al lobby del hotel, quería curiosear un poco, ver de cerca todo lo que sólo había visto en las películas. En uno de los salones había fiesta, eso no tenía nada de particular en un hotel de esta categoría. Ya me iba a volver a mi habitación, cuando vi salir a una chica del salón, con cara de aburrimiento... Era muy guapa, y llevaba un vestido que debía costar algunos cientos de dólares. Se quitó los zapatos, y suspiró, apoyándose en la pared... En eso se dio cuenta de mi presencia, y volvió a calzarse, diría que algo apenada...

- Lo siento... -le dije- No fue mi intención incomodarte... -Si hasta parece que lo único que hago desde que llegué a New York, es molestar a las chicas guapas...

- ¿"En mal estado"? -repetí, sonriéndole- Debes estar bromeando, si te ves hermosa. -Sonreí, de medio lado. Estoy coqueteándole, pero es que no lo puedo evitar... No se ve una chica así todos los días, y no creo que me quede mucho tiempo en este hotel. A los "clientes" les saldrá más barato arrendar un departamento o algo así, dependiendo del tiempo que me quede en la ciudad. Pero igual, aún no se sabe cuánto tiempo me tomará esto, ni la ubicación exacta del "objetivo", y es mejor rentar un lugar cerca del "área de peligro"- La miré a los ojos, al tiempo que me acercaba un poco a ella- ¿Y cómo sabes que no soy tan aburrido como los de allí dentro? -le pregunté, con cierta picardía...

- Pues gracias -le respondí al cumplido, sin dejar de sonreírle, se notaba que era una chica que hacía lo que quería, cuando quería. Y ahora estaba aburrida, y quería divertirse...- ¿Qué pasó con lo que he escuchado sobre la sociedad de New York? ¿No tienen suficiente glamour para ti? -Me coloqué en una postura que para muchas mujeres hubiera resultado intimidante, pero no creo que ella sea de ese tipo... Mi cuerpo cerca del suyo, mi rostro casi tocando el de ella, y mis brazos a cada lado de su cuerpo, con mis manos apoyadas en la pared... No llegaba a tocarla, pero tampoco le dejaba "salida"- A mí se me ocurren muchas cosas divertidas... Pero no sé si tú quieras... -La miré a los ojos, esperando a ver qué decía...

Pude ver que le gustaba estar acorralada. No esperaba menos de ella... Trató de besarme, al menos eso creí en ese momento, pero lo que hizo fue escurrirse del "abrazo". Le sonreí, cuando la tuve contra la pared otra vez.

- Te gusta jugar, ¿eh? Pues podemos jugar dos... -le dije, y yo sí la besé, es decir, rocé sus labios con los míos, a ver si respondía, nunca me ha gustado forzar las las cosas, aunque me había dejado con las ganas de probar sus labios... Al mismo tiempo, acaricié levemente su sedoso cabello...

Era obvio que lo deseaba, las cosas habían sido evidentes desde el primer contacto visual... Respondió con otro beso corto al que le había dado yo, como una muda respuesta afirmativa... Ahora ma tocaba a mí, la besé, primero suave, luego más apasionadamente, saboreando sus labios, tibios y suaves. La tomé de la cintura, y con la otra mano acaricié su espalda, me pareció que se estremecía levemente con el contacto. No podía ir más allá, es decir, estamos en un hotel de categoría, no podemos hacer inmoralidades en medio del corredor. Además, dependía de ella, si sólo quería un beso, pues todo se quedaba allí...

- Perdona, pero... Sé que tú estás hecha de otra manera, pero yo, pues... Estoy acostumbrado a ser yo quien lleve a la dama -Me sonrió con picardía, no supe cómo interpretarlo... ¿Era que ella no creía en esas cosas, o que le gustaba lo que acababa de decir? Como fuera, ambos sabíamos a lo que íbamos, estaba claro que ella quería ir mucho más allá de un simple beso. Y andar con ella por la calle, pues era... Excitante, de algún modo... Una chica así, que podía tener a quien quisiera, y decidía que quería estar conmigo- ¿Al menos, puedo saber a dónde vamos? -dije, sonriéndole de nuevo...

Nos acabábamos de detener en medio de la calle, así que nos hicimos a un lado, para no estorbar el paso... No esperaba que ella cediera tan pronto... Pero la verdad es que ambos queremos lo mismo, así que no importa demasiado quién "dirija"...

- Pues a mí se ocurren un par de cosas, ya te lo dije... ¿Tenías en mente algún lugar en especial? Porque lo que es yo, no me iría de aquí -La tomé de la mano, y la conduje de nuevo al interior del hotel. Abrí la puerta del elevador, y una vez los dos dentro, la volví a besar, esta vez con más pasión, mi lengua jugaba con la suya dentro de su boca, ahora podíamos permitirnos eso, ya que no estábamos en medio del corredor... Al terminar el beso, le di al "Stop" del ascensor- Ahora tú decides si quieres continuar subiendo -le dije, y le mostré la tarjeta de mi habitación...

"No te parece que la adrenalina hace hervir la sangre aún más?" Reconozco que tiene razón, no hay motivo para apresurar las cosas... Esta chica sí que sabe divertirse... Volví a besarla mientras el ascensor subía, la apreté contra mí, no sabía qué me pasaba, un fuego en mi interior se había encendido, y aumentaba cada vez más... No era sólo deseo, era algo más... Rabia, por no poder odiar esos ojos azules, porque sabía que estaba traicionando todo lo que creía... Me aparté de ella con un movimiento algo brusco, al tiempo que abría los ojos... Y me encontré con los de Rachel, que me miraban, creo que algo asustados...

- Perdona, linda... -le dije- Sólo son algunos problemas que no he podido sacar de mi mente -Sonreí, para tranquilizarla- No te preocupes, no soy un psicópata, ni nada que se le parezca... Aunque si no quieres seguir con esto, lo entenderé...

Me volvió a besar con intensidad, y volví a sentir que me encendía, es difícil resistirse a una chica así... Además, yo tampoco planeaba resistirme. Ella tenía razón, ya que tenemos esta oportunidad, hay que disfrutar, y olvidar... Al menos por un momento, porque aunque no lo quisiera reconocer, el olvido permanente me está costando más de lo que imaginé. El ascensor volvió a subir, esta vez no impedí que las puertas se abrieran, y la puerta de mi habitación estaba justo enfrente... Entre besos y caricias, como pude saqué la tarjeta de la habitación... Pero en cuanto la solté, Rachel pareció reaccionar... Me miró, y algo vi en su ojos que me hizo dudar, antes de abrir la puerta. No quiero forzar las cosas, así que sólo esperé a que me dijera algo...

Me sorprendió que ella quisiera tomar la iniciativa ahora, prácticamente fue ella la que nos arrastró a la habitación, y ya dentro, se me trepó, afirmando sus piernas en mi cintura, mientras seguía besándome, cada vez más apasionadamente, yo le respondía de manera salvaje, aunque con cuidado, ella es delicada y no la quiero lastimar... La apreté contra mí, y ella mordisqueó suavemente mi labio inferior, eso me terminó de volver loco, y mis manos se fueron solas hacia el cierre de su vestido, y lo abrieron de una sola vez... Pude sentir la suave tela deslizarse por su piel, aún más suave...

Ahora ella empezó a desabotonar la camisa, así que aflojé algo la presión sobre ella, sólo lo justo para facilitarle las cosas, me excitaba aún más sentir sus pequeños dedos rozándome la piel, cuando la camisa fue a dar al suelo, la volví a apretar contra mí, para que viera lo que me causaba, le quité la parte superior del vestido, que se deslizó hasta su cintura, dejando ver su sexy lencería, y su piel, tersa y suave, deliciosa al tacto, no me pude resistir a darle pequeños mordiscos en el cuello y los hombros, haciendo que se estremeciera con el contacto... Se fue directo al cinturón de mi pantalón...

Mi excitación aumentaba con cada roce de ella, estaba disfrutando el sentir sus pequeñas y suaves manos tocándome, anticipando el placer, lo que vendría, dejando que la pasión nos invadiera... Sentí su delicado cuerpo estremecerse, tenía que ver su mirada... Pero cuando sus ojos se encontraron con los míos, lo que vi en ellos fue una especie de tristeza... Al mismo tiempo, ella había parado de tocarme... Entendí de inmediato lo que pasaba, la coloqué en el suelo con suavidad, ella sólo atinó a sujetar su vestido...

- Desearías que esto pasara con otra persona, verdad? Confieso que yo también... No te ofendas, eres muy hermosa y me gustas mucho, pero también creo que esto no debe pasar... -Hice una mueca de dolor- ¡No vuelvas a hacerme esto! -dije, a la vez intentaba bromear, aunque no es nada agradable que te dejen así... Mierda, cómo molesta...

- No te preocupes, linda, entiendo... No me extrañaría que quisieras estar con alguien más, es decir, yo soy un desconocido, entre nosotros no puede haber nada más que atracción física... De momento... Pero podemos sólo hablar, si quieres... Espera un momento... -Abrí la puerta del baño, entré, y abrí la ducha. Dejé que el agua helada cayera sobre mi cabeza, y entonces me sentí mejor... Me sequé un poco el cabello con una toalla, y volví a la habitación- Ahora sí, linda, de qué quieres hablar? Te escucho... O si prefieres, hablaré yo primero...