Frio Invierno

Para mi no era nada extraño estar en Nueva York, de hecho, estar ahí era como estar en una casa más. Era mejor eso que Washington. Un lugar donde habitaban tantos humanos que... bueno, había pensamientos que no debía n de cruzar por mi cabeza.
Central Park, un lugar donde había todavía más gente, casi toda cubierta hasta la cabeza, el frio de ese día era impresionante, y todos huian lejos de lo frio. A mi me exitaba el frio.
No pude evitar acercarme a un caballo que al igual que todos, expulsaba en forma de humo su aliento.
- Pobre caballo - dijo una voz atras de mi. Confunido, volteé y vi a una pequeña vampiresa que también estaba cubierta...
- sí, pobre...
Le sonreí

Para nuestra especie sentir frío no nos molesta, al contrario así somos y no lo sentimos... pero para ciertos seres vivos en especial los animales si que era terrible... y más por su corto pelaje como aquél Caballo del cuál me había compadecido en ése instante.

-¿Cómo es posible que los humanos sean tan crueles y no les pongan siquiera una cobija en su lomo no lo cree?-dije indiginada y poniendo mis manos sobre mi cintura.

Aquél hombre que me había dado la razón era muy alto y se veía de buen porte , me impresioné una vez que lo ví a los ojos...

Era muy extraño que una vampiresa sintiera pena por algún animal. Pocos de los que había conocido eran así, una excepción al caso, como yo.
- Mientras ellos no sientan el frio como él, lo dejarán aquí, parado... es como aquellos sujetos que duermen en la calle, prefieren que mueran a tener que compadecerse - La chica me miró a los ojos, no podía leerlos, pero me hablaban a la vez. Parecía alguien muy joven, amable y extrañamente... a lo que estoy acostumbrado en algúnos vampiros... alguien completamente encantadora. - lo bueno de ser como tu es que no sientes ni una pizca de lo que siente él, pero sientes algo más profundo con solo verlo, eso habla muy bien de ti... - esperé que me dijera en ese momento su nombre

Repetí sobre mi cabeza una vez más lo que me dijo aquél hombre "Sientes algo más profundo con tan solo verlo"... quedé sorprendida ante lo que me había dicho y sonreí... parecía buena persona, no se veía como todos esos hombres presumidos que sólo aparentan ser educados por como visten pero dentro de ellos son una basura... en cambio él se veía educado además de que vestía elegantemente mientras mi ropa no era del todo como para alguien como aquél hombre.

-Oh! , disculpeme que descortés soy... mi nombre es Moniqué Lioncourt, mu-mucho gusto.-tartamudé y sonroje.

Por alguna extraña razón sentía verguenza ante el comentario que había hecho ya que normalmente no era así de confianzuda y menos con alguien a quién no conocía...hasta ahora.

Me volvió a sonreir ante mi nerviosismo dandome la mano en señal de presentación.

- Mucho gusto Moniqué - extendí mi mano a la suya, era tan pequeña, que admito, me causó ternura - me llamo Daniel Coverfield, y sigo diciendo que tienes toda la razón pequeña, espero no te moleste que te llame así - ella sonrió y lo negó con la cabeza - bien... entonces, ¿me permites? - le di mis guantes que cargaba - gracias - me quité el abrigo, miré al caballo a los ojos y éste de pronto perdió la mirada. Con eso podía domarlo sin que se opusiera, le puse encima el abrigo - así tendrá menos frío... será todo un caballo elegante.
Arqueé mi boca armando una sonrisa dedicada a Moniqué y al caballo.

Su mano abarcaba toda sobre la mía, me causo gracia ya que aunque yo en realidad tenga 78 años pero aparentaba de 16 , pués de ésa manera mi cuerpo se quedaría tal cuál.

-Un placer Daniel!-mostré una grande sonrisa mientras el también me la enseñaba.

De verdad que no me equivocaba cuando decía que aparentaba ser un caballero ya que realmente lo era y de un gran corazón nunca creí que hubiese hecho eso , en darle su abrigo a un ser vivo y mucho menos a un animal, por lo que ví no era un abrigo cualquiera, era de esos que suelen usar gente con todo y "marca". Reí a discreción ante su comentario...

-Vaya que lo es! mira, ha cambiado a su color original , al parecer está feliz-toqué al caballo acariciando su pelaje que ahora se volvió cálido.-Eres muy amable , he quedado realmente sorprendida, en serio, te has vuelto mi heroe-le di una palmada a su hombro estirandome de puntitas para alcanzarlo.

Fue un gesto muy gracioso el que hizo Moniqué, solté una carcajada. Iba a hacerle un comentario cuando en ese momento llegó el oficial que estaba a cargo del caballo, preguntó de quien era el abrigo
- Lamento que el sentido común no sea parte de sus... cualidades - le dije ante la obviedad, a Moniqué no le iba a quedar un abrigo tan grande
El policía se molestó y ante ello le quitó de un golpe el abrigo al caballo.
- El estado no necesita caridad - dijo. Yo levnté el abrigo
- Pues el estado necesita a gente con más sensibilidad, el caballo muere de frio, por si no lo nota... - lo miré intensamente a los ojos. Un humano debil, alguien que de pronto ya no sabía qué hacer, era tan fácil causarles miedo atravez de sus dudas internas...
El policía tomó el abrigo y se lo volvió a poner al caballo. Y lo empezó a acariciar, frotandolo para que se le quitara el frio.
- Y recuerde que es mejor que él no tenga frio... o usted lo tendrá... - el policía dejó de frotar al caballo y se empezó a frotar los brazos, comenzaba a tener frío. Agarró al animal y se lo llevó.
Tonto humano...
Entonces, ante el show, me acordé que estaba Moniqué a mi lado, mirandome con los ojos bien abiertos.
- Lo siento pequeña... cuando me molesto... - creo que la había asustado

Realmente estaba muy sorprendida más no asustada, nunca había conocido a alguien que me resultara bastante agradable en tan solo unos cuantos minutos. Y vaya que le dió su merecido a ése humanucho grosero me hubiese gustado asustarlo yo y de esa manera quedarme con ésa hermosa criatura.

-Woow! que impresionante-dí unos cuantos aplausos discretos mientras le enseñaba por primera vez una sonrisa mostrandole mis dientes.

Daniel volvió a reir ante lo que dije yo creo que pensaba que me espantaría o algo por el estio pero no, era más... admiración, mas que nada...

-Ush, maldito humanucho! me alegra que le hayas callado de ésa manera ...que te parece si lo alcanzamos y nos robamos al pobre animalito?-guiñé un ojo mientras me prepara para correr en forma bromista.

Al parecer con mayor razón lo había hecho reir pero ahora con más entusiasmo no como anteriormente que mostraba discreción.

Ésta vez reí, porque verdaderamente sentía que me estaba divirtiendo. Esa niña era bastante especial, no había visto vampiresa igua.
- No sabes el gusto que me da que te haya divertido ésto. Hay humanos y vampiros que merecen un castigo similar o peor. - ella asintió con ganas - que verdadero placer es encontrar a alguien que disfruta de... - pensé la palabra detenidamente - la justicia.
Ella sonrió, y de haber tenido un poco de color, apuesto se hubiera sonrojado. Miré a donde estaban los caballos, y luego a ella.
- Supongo... que si eres así de sensible debe ser por algo, supongo que tienes un don... muy especial - arqueé mis labios. Sentía mucha curiosidad por esa niña

El día de hoy durante el trascurso del día no me parecía interesante..más bien muy aburrido ....hasta ahora que resultó mejor de lo que esperaba ya que sentía que había hecho un gran amigo ,uno de los mejores creo yo.

-No sabes cuanto me molesta la injusticia! y más cuando se trata de animales.. porque ellos no se pueden defender,no pueden hablar...-fruncí mi seño cerrando mi mano.

Al parecer a Daniel Coverfield estaba de acuerdo conmigo porque en el momento en que dije mi punto de vista movía la cabeza dándome a entender que tenía razón en ése aspecto. En verdad que me estaba cayendo bastante bien.

-Sensible? pués... eso creo...-dudé por unos instantes y sonrojé a momento sobre el cuál mencionó "el don muy especial"-Pués yo sólamente digo que si llegas a ser el primer presidente vampiro votaré miles de veces por tí-guiñe un ojo y mostré una sonrisa.

Cada instante me parecía mejor que el anterior. De verdad que ella no sabía de lo que hablaba, si yo fuera un presidente, mi país sería el rey, sucumbirían ante una ira y el placer de un sujeto caprichoso y amante oculto del caos. Arqueé mis labios. Ella no mostró cambios en su rostro. No era telépata, y eso no me preocupaba en lo más mínimo, simplemente era una chica bastante ocurrente e interesante. Y de quien quería averiguar más.
- bueno pequeña, tu podrías ser mi asesora de imagen, apuesto a que tu le mostrarías a la gente lo que quiere... o en su caso... obligarlos a votar mil veces por mi
Le guiñé de nuevo el ojos correspondiendo a su gesto.
- ¿Y a donde te dirigías? ¿no interrumpì tu camino?

La idea de que fuése el primer presidente vampiro le había causado asombro y gracia a la vez, ya que era algo absurdo que sólo a mí se me ocurriría gracias a mi gran sentido del humor que no solía mostrar cuando conocía a la gente, bueno, si pero no cuando acaba de conocer a alguien...

-Me encantaría! imáginate? sería estupendo ! ...ya me imagino hasta los caballos votarían por tí~ y no creo que tenga que llegar a la necesidad de obligar a los demás pensandolo de ésa manera... puesto que eres un hombre de buenos sentimientos-sonreí y mostré una agradable risa.- Por supuesto que no interrumpiste en nada... en realidad no tenía un rumbo fijo sólo pasaba por aquí con curiosidad ...hasta que ví a aquél pobre animal que ya parecía una paleta!-dije un tanto enojada cruzando mis brazos.- Y tú que hacias? no será que yo interferí tu camino?-evité sonrojar.

Ohh... entiendo, a mí me gusta descubrír lugares y contemplarlos...observando a los humanos y leer de ves en cuando sus mentes....- hise una mueca y luego tapé mi boca. Casí tropezaba por una piedríta que había cerca de el parque... ésta vez no pude evitar sonrojar de nuevo... él se rió un poco y seguí diciendole...-Pués que casualidad, yo tampoco soy de aquí, vine de París y junto con mi querído hermano... que suerte que hayas venido acá! pero dime.... y que hay de tí?, como fué que llegaste aquí?...-dije dudosa viendolo a los ojos una vez más mientras mis ojos iban cambiando de un color azulado.

El día se estaba aclarando, ya no estaba tan nublado como hacía un rato, comenzó el aire de nuevo ,ligero ,despeinando delicadamente los árboles...los arbustos, hasta mi cabello y el de Daniel....¿habré hecho mal en comentare acerca de que leía mentes?... bueno, lo que no sabía era que también tenía la ventaja con los de nuestra especie.

-Así que de Italia! que sorpresa, me fascina ir hayá, de hecho , la última vez que fuí me enamoré por completo de una hermosa Vespa y me la compré... y hace mucho también llegué a dar un concierto de piano-mostré una gran sonrisa mientras él al parecer se notaba sorprendido ante lo último que dije...- Sobre mi hermano.... no es ni de sangre ni adoptado... bueno...más bien él me adoptó a mí vaya error que cometió-reí mordiendo ligeramente mi labio levantando mi ceja.
-Y no te preocupes !...¿entrometido? para nada! estamos conociendonos un poco más no? que no así comienza una amistad?-sonreí tanto que mis ojos se cerraron curiosamente al estilo de ésas caricaturas japonesas que me encantaba ver y leer.

Correspondió mi sonrisa y me mostró aún más dulce la suya con la que me veía...

-Para mí la amistad es un tesoro muy hermoso que debemos cuidar con todo nuestro ser, y obviamente con todo nuestro corazón... hablando hipotéticamente..- mostré una pequeña sonrisa, ya que me sentía un poco cansada, nada grave... por ahora y todo gracias al señor sol.

-Ethan! es un hombre realmente encantador tanto como tú yo digo que si llegas a conocerlo se llevarían muy bien , tienen un cierto parecido-dije esta vez emocionada.

Aumentó mi cansancio por aquéllos rayos cegadores, parpadeé muy fuerte y mis ojos se tornaron de un rojo carmesí ...oh-oh, éso no era nada bueno... de pronto me llegó una terrible ansiedad de sed , éso me preocupaba pero debía resistir, tenía que..

-Este... no.. esta bien sigamos- mentí y logré mostrarle una sonrisa convincente.