Se supone que era un cafe.

Sonreí alegre ante la sugerencia de irnos del lugar, olvidar y divertirnos, si esa opción me hacia feliz.

El mesero llegó como si Erik lo hubiese llamado, me parecía que tenía un poder oculto, y su sonrisa decía más de la cuenta, cuando hubiese más confianza me contaría sino talvez yo misma lo descubriría después. Ahora me sentía bien de estarme despejando con la compañía un chico tan agradable como él, seguro esperaría una tarde muy divertida.

-Un aprque de diversiones se me hace una exclente idea-sonreía mi acompañante quien se levantó y me encaminó con nuevo rumbo.

Entendí al explicación de sus habilidades, en el pobre conejillo de indias que había hecho del chofer, cuando el simplemente actuaba por las cosas que Erik le iba pidiendo. Estaba un poco intrigada del poder pero me gustaba que mi hermano estuviera divertido, ahora una cosa más rondaba mi cabecita ¿qué seria en lo que no entretendríamos ahora?

-Yo me pregunto que haremos ahora-dije sonriendo a mi lindo hermanito, mientras amablemente me ayudaba a bajar del auto.

Me encontraba feliz de andar aca con mi hermanito, disfrutando de un día especial, de la feria de su compañía de su cariño y hasta de su coquetería, era buen sentirse quería y especial por él, además de que sabía un poco de lo que rodeaba su cabecita.

-La casa de los susto se me antoja más creo que nos vamos a divertir en grande. Solo una cosita ¿si me espanto demasiado em vas a cuidar y proteger verdad? me da miedo eso de los monstruos sueltos que quieren hacerte daño-le guiñé un ojo y sonreí.