Bienvenido a New York

Le ofrecí mi mano para ayudarla, un poco avergonzado de golpearla con mi mochila. Noté algo especial en ella... una belleza "sobrenatural", pero no pude negar que era muy linda y tenía unos ojos bastante agradables, un azul intenso. Me sonrojé levemente antes de dedicarle una coqueta sonrisa mientras trataba de acomodar su cabello continuando mi disculpa.

-Sono un po 'di lordo, lo lamento... lo lamento...- ella acomodó su ropa -me disculpo bonita, no era mi intención... estoy algo despistado y perdido en medio de este lugar- coloqué mi mano detrás de mi cabeza muy avergonzado, mientras me reía nervioso -¿te lastime?- fue lo que primero pregunté mientras me acercaba a ella y tomaba su mano, algo encontré en esa mano... "diferente" sin embargo solo la tome entre mis dedos y la besé -no fue mi intención, signorina- sonreí -scusa per il colpo... Siete molto bella...- me sonrojé -Il mio nome è Yucef Luri, e il tuo?- ella me miró extrañada -mi nombre es Yucef Luri, el suyo?- extendí mi mano en saludo.

No me equivoqué, el chico es educado... Correspondí a su sonrisa, se ve más atractivo cuando sonríe... Pude notar que estaba muy avergonzado por lo que acababa de pasar... No dejaba de repetir sus disculpas, lo que me hizo algo de gracia... Y me gustó que besara mi mano, eso no se ve mucho en esta parte del mundo... Hablaba con palabras en italiano, así que algunas partes no las entendí...

- No me has lastimado, no te preocupes... Il mio nome è Tatiana Covenan, mi piace molto conocerti... -Tomé la mano que me ofrecía, y sentí que no era un humano cualquiera... Pero en ese momento estaba prestando más atención a sus ojos... Sonreí de nuevo, al ver que no esperaba que le respondiera en el mismo idioma...- Perdona, mi italiano es algo escaso... Lo entiendo poco y casi no lo hablo, pero las frases básicas, me las sé... Y bueno, si andas perdido te puedo ayudar, si quieres... Yo he estado aquí muchas veces...

Era una chica muy bonita, elegante y amable. Me pusé más nervioso de lo usual, aún así, sonreí mientras me acercaba a ella con un mapa -estoy... perdido- eres un idiota, parecía que no tenía más palabras que pronunciar -tu ilatiano es perfecto... me ayudas?- hubo un silencio incomodo entre los dos, sin embargo, ella me dedico una segunda sonrisa, mucho más bonita que la anterior -bueno... donde esta la salida?- me reí avergonzando, colocando mi mano sobre mi cabeza, esto definitivamente no era lo mío. ¿Desde cuando me ponía tan nervioso...?.

Al salir del aeropuerto, miré sus ojos y sonreí en agradecimiento -grazie- iba a buscar un taxi, cuando sentí su mano sobre mi muñeca, la miré confundido mientras ella parecía avergonzada- Signorina. Qualcosa succede?- sus ojos eran de color del mar, parecían llamarme en una forma que no podía explicar. Alcé una ceja.

Silencio, me encontré nuevamente en silencio mientras sonreía para ella. Le indiqué mi mapa de la ciudad mientras me sonrojaba un poco, la chica soltó mi mano y me reí unos segundos. - grazie... eres muy amable, pero no quiero incomodarte de ninguna manera - acomodé mi mochila en mi hombro. Miré los edificios en la distancia. Manhattan, suponía... si necesitaba la ayuda de la signorina, volteé mi mirada avergonzado - bueno... creo que si voy a necesitar ayuda, espero no molestarte... necesito viajar a Brooklyn, a esta dirección - le indiqué el papel que llevaba en mi mano - eres muy amable - me sonrojé otra vez - grazie -.

Se quedó callado un momento... Fue allí que me di cuenta de que no había soltado su mano, así que lo hice, y de nuevo tengo la sensación de que me habría sonrojado... Él sí que se sonrojó, y eso me hacía gracia, me gustaba... Dijo que no quería molestar, y por un momento creí que ahora sí se iba... Pero no, necesitaba de mi ayuda otra vez, "Qué bueno que New York sea tan grande", me dije...

- No hay problema, conozco la ciudad bastante bien, he vivido mucho tiempo aquí... -A veces, diría que demasiado- Mi auto está estacionado cerca de aquí, vienes? -Lo tomé de la mano, para guiarlo hasta donde estaba mi auto... Ni siquiera me di cuenta de que lo había hecho, fue algo muy natural... Sólo me di cuenta cuando tuvimos que subir... Entonces lo solté, otra vez completamente avergonzada... Pero él sólo sonrió, me abrió la puerta del conductor, como todo un caballero, y él subió por el otro lado... Encendí el Minicooper rojo, y partimos... Estuvimos callados durante unos minutos, hasta que me decidí a romper el silencio, que ya comenzaba a hacerse algo incómodo...- Y... Puedo preguntar el motivo de tu viaje a New York? O vienes a quedarte? -Lo miré de nuevo... Esos ojos azules intensos me hablan de muchas cosas, debe ser muy interesante saber lo que pasa por su cabeza...

El automóvil era pequeño, comparado a mi estatura, aún así, intenté acomodarme en el. Escuche las preguntas de la signorina, mirándola, sonreí. -asuntos familiares y profesionales- su rostro detonaba cierta confusión -lo siento, nella mia famiglia, siamo discreto sulla nostra vita privata.- pestañó un poco -en mi familia somos bastante discretos sobre... nuestra vida privada- parecía un poco decepcionada.

La miré, era una mujer atractiva con la piel pálida como la nieve y ojos color mar. -Sembra un angelo- me sonrojé por falta de educación - disculpemé... soy atrevido- me quede en silencio mientras observaba como mi nuevo transporte, iniciaba su recorrido en el "famoso puente de brooklyn" -Wow!... È enorme- escuché una risilla, me sonrojé nuevamente, sin duda alguna mi comportamiento sería demasiado infantil -en mi casa... no teníamos grandes puentes como este- hablé en un tono algo coqueto -me crié en el campo... es una vida diferente- no necesariamente en el campo... talvez en el mundo.... Nuevamente había silencio...

París, ella comenzó a hablar sobre París, recordé un viaje que hice junto a mi madre -conosco París... pero fue hace mucho tiempo, tenía apenas 5 años- me quedé en silencio -me gusto... en lo poco que recuerdo de ese ciudad- miré la ciudad a lo lejos, mientras continuabamos acercándonos a Brooklyn -ha pasado mucho tiempo... ciertamente me es díficil recordar cosas con más claridad, especialmente cosas de cuando era niño...- me sentía triste -respondiendo a la segunda pregunta.. si viví en roma, pero nací en barcelona...- me sonrojé -mi tía y mi prima vivían en roma, cuando mis padres...- no quisé decir más -cuando me quedé solo, ellas se convirtieron en mi familia- sonreí con felicidad -ellas son... mis seres más queridos- suspiré...

Observé su mirada tornarse triste unos instantes, me acerqué un poco a ella y murmuré -no deberías estar triste...- pensé bien lo que iba a decir a continuación -es... díficil cuando tu familia se aparta, pero... tú aún puedes mantenerlos unidos, complicado pero no imposible- mis labios formaron una risa coqueta -...no importa en realidad, me gusta escucharte- quisiera algunas veces taparme la boca, era... demasiado honesto.

Algunos minutos después, empezamos a salir del puente, le dí algunas direcciones más para llegar hasta el lugar donde tenía pensando comprar el lote... o edificio. Cuando llegamos, ella miró extrañada el viejo almacen -bueno... no es un hotel cinco estrellas, solo tengo que adecuarlo para mi familia- coloqué una mano detrás mi cabeza -solo... me preocupa la actitud que tomé Hayal al respecto...es muy estrica- ella me miró confundida -es mi querida prima, la convenceré- me sonrojé.

No pude reaccionar a tiempo. En un abrir y cerrar de ojos la tenía sobre mi cuerpo, no supé que pensar principalmente porque me encontraba un poco mareado y me dolía un poco mi cabeza. En la caída me golpeé fuertemente con el suelo. Escuché su tímida disculpa, mientras me masajeaba la nuca -E 'stato un colpo, a vivere.- miré su rostro avergonzado sobre mi pecho, no estaba... no veía una piel sonrojada, pero su mirada mostraba lo contrario.

Enarqué una ceja antes de mover mi cuerpo. Me incorporé un poco y la sujeté entre mis brazos para levantarnos. -Stai bene?- no me respondió enseguida... la dejé ir. Mientras masajeaba mi nuca... me dolía bastante. -fue un accidente... a todos nos pasa- mostré una sonrisa coqueta -supongo que tiene posibilidades, pero me encargaré de arreglar todo lo que sea posible, además fue lo más económico que pudimos conseguir en esta cuidad...- me reí contento -todos estarán felices... espero... talvez uno no- estreché mi ceño más -tengo que vigilarlo...- estaba hablando conmigo. Ella me miró -entonces... crees que tiene posibilidades?- me sonrojé, no sabía porque necesitaba su opinión, pero al observarla mejor, tenía una elegancia... parecía ser una signorina de clase.

- Estoy bien... -susurré apenas, sentí una sensación extraña cuando sus fuertes brazos me rodearon... No había entendido a quién se refería cuando habló como para sí mismo... Igual en ese momento no estaba preocupada por eso...- Definitivamente, el lugar tiene posibilidades... A mí me gusta mucho... -Quería ofrecerle mi ayuda con la decoración, y esos detalles, pero no sabía si eso sería demasiado... Ya había sido bastante con "invadir" su casa... Además, estaba el detalle del golpe, había notado cómo se acariciaba la nuca...- En verdad lo siento... -dije, y se la acaricié yo, tratando de aliviarle un poco el dolor, en verdad me apenaba haber hecho que se lastimara... Y confieso que me gustaba sentir sus suaves cabellos entre mis dedos...- Seguro que estás bien?

Acarició mi nuca, tratando de aliviar el dolor. Guiñé un ojo, movió su cabeza avergonzada -estoy bien, solo... fue un pequeñísimo golpe, nada que dañe mi salud para siempre- me reí -lo más seguro... es que sea más despistado que antes- me alejé de ella y coloqué mi mano sobre mi nuca -sano rápido, no tienes de que preocuparte... o disculparte, todos sufrímos de accidentes, dímelo a mi, soy un héroe en ese tipo de hazañas- traté de hacer una broma, pero ella continuaba bastante seria. -Signorina... sucede algo?- pregunté, solo movió sus manos y lo negó.

Minutos después de observar el lugar, me sentí satisfecho... tenía una semana y algunos días para completar mi trabajo. La señorita parecía pensativa unos instantes -se está haciendo tarde... quieré que la acompañé al auto?- pregunté. pero su mirada me dió a entender algo que no comprendí. Si! me hicé más despistado que antes!.

- No... No sucede nada... -Estoy tomándome las cosas demasiado en serio, tengo que dejar de hacerlo... Cuando mencionó lo de acompañarme al auto, no supe qué decir... Él ahora parecía tan relajado, tan cómodo... Tal vez porque estaba en "su territorio", y tal vez también era eso mismo lo que hacía que yo no me sintiera tan cómoda... "Si sigo esperando que leas entre líneas, aquí se termina nuestro encuentro", pensé, y qué diablos, tenía que decirlo...- Lo que he notado es que no has comido nada desde que bajaste del avión... -le dije- Podríamos buscar un lugar para cenar, por aquí cerca, si quieres... -Le sonreí, al decirlo, y con algo de coquetería... Es que era como una "cita"... Pero qué diablos estoy pensando? Pero pareció gustarle la idea... También me di cuenta de que miraba todo alrededor, como calculando todo lo que tendría que hacer...- Oye, si quieres puedo ayudarte con tu casa... No es porque yo lo diga, pero tengo muy buen gusto... -Volví a sonreír, es que en contra de lo que normalmente se esperaría de mí, le estoy ofreciendo una "segunda cita"... Oh, por Dios, Tati, estás peor cada vez...

Pensaba como podía responderle a sus dos ofrecimientos -sobre la comida...- mi estómago gruño, reí contagiosamente -claro!, porqué no?- comencé a cerrar el lugar con grandes candados -sobre la decoración, no te preocupes bonita, puedo arreglármelas solo- después de todo, una regla de mi familia era... no decir demasiado. -vamos a tu auto- le indiqué con mi mano -por cierto, me disculpó contigo, todo el día de chofer... eres demasiado buena, especialmente con un extraño- le guiñé un ojo.

Probé acomodándome en el pequeño automóvil cuando su pregunta me tomó desprevenido, abrí mis ojos tratando de analizar un poco de ella - bueno....- comencé - no estoy seguro... apenas te conozco - me acerqué a centímetros de ella - pero dudo que seas una mala persona, espero... - me alejé unos centímetros de su presencia para accionar todos los pensamientos en mi cabeza. Era díficil, soy sumamente despistado para mirar la verdad frente a mis ojos - no creo que seas una extraña... - sonreí coqueto - pero... hay muchas cosas de mi que prefiero no decir a otros... perdón...- dije apenado mientras bajaba la cabeza. Mi estómago rugio.

Estuve un poco más relajado por sus palabras. Sonriendo para que ella estuviera más tranquila. - gracias Signorina...- mi estómago continuaba rugiendo, no podía negar el hambre que tenía. Demasiado... llegamos a un gran restaurante, bastante elegante, miré de arriba abajo el lugar. - Signorina.. este lugar es muy elegante - coloqué mi mano detrás de mi cabeza, rascándola un poco - no quiero ser una molestia...- bajé la cabeza apenado, seguía aprovechándome de la buena voluntad de la señorita. - puedo comer cualquier cosa! en serio!... un hot dog podría estar bien! - me reí un poco pero ella tomó mi mano y me llevó al restaurant.

- No te preocupes por esas tonterías... -le dije, sonriendo... De algún modo, ya me sentía más cómoda, más en confianza con él... Tal vez porque dijo que no soy una extraña para él... Volví a tomarlo de la mano, casi sin fijarme, como dije, eso me salía natural... En la entrada me reconocieron, y nos dejaron entrar... Yucef es un chico muy alto, atractivo y con buen porte, así que tampoco tienen nada que objetarle... Además, es mi acompañante...- Sólo una cosa, Yucef... -le dije, mirándolo... Me devolvió la mirada, con cierta preocupación- Puedes llamarme sólo Tatiana... Lo de "señorita" me parece algo distante... Y ya no somos extraños, verdad? -le dije, volviendo a sonreír... Entramos así al restaurante, tomados de la mano...