Regresando a New York y algo mas.

Un viaje agotador, soñaba con llegar a darme una ducha y descansar, talvez un buen masaje y dormir, me podía visualizar en un spa, claro lo primero que haría llamé a mi masajista favorito para que preparara todo en casa, no tenia intención de salir.

Buscando mi maleta entre tantas, allí estaba había llevado una de las más grandes de color negra odiaba esa maleta peor mis pequeñas valijas rosas no eran la opción para ese viaje.

Tomé la maleta distraídamente y la calidez de otra mano llamó mi atención. Era un hombre de muy buen vestir y guapo no podía negarse tenia estilo, acción que pocos del rumbo tenía. Sonreí pero ninguno de los retiró al mano de la maleta.

-Disculpe caballero creo que esa es mi maleta-dije levantando mis gafas de sol y guiñándole un ojo.

Se había atrevido a abrir mi maleta, cosa que no me disgusto cuando vi su cara, en verdad se sorprendió de ver que era mía toda la ropa dentro. No podía dejar de mirarlo tenia algo enigmático que me intrigaba talvez su porte o elegancia, parecía mínimamente un pariente Aston por su porte eso era un gran halago pertenecer a los Aston lo mejor que le podría pasar a alguien en la vida, ser de la familia más perfecta del planeta tierra, en fin.

No llegaban con su maleta, y yo seguía allí mirando la escena divertida, en realidad me causaba gracia, que disimulaba.

-Talvez seria bueno que se tomé un café mientras se dignan a traer sus pertenencias señor…-dije mientras le estrechaba la mano y me preparaba para besarlo en ambas mejillas.

Se notaba la categoría, no era cualquier tipo, tenía estilo lo que le sumaba puntos, era alguien con buen vestir y atractivo como yo, alguien de las pocas personas que valían la pena de las que había conocido en los últimos días.

-Aston, Rachel Aston caballero y el placer es mío-besé sus mejillas y acepté la invitación por el café-me alegra que sepas reconocer a una chica sexy cuando la tienes frente a tus ojos-sonreí-¿a dónde me vas a llevar?