Buscando respuestas

Quise darme cuenta de algunas cosas que sucedían a mi alrededor. Yo sabía ya lo de mi condición, digo, después de todo ya me había pasado dos veces y podía, o quería pensar que podía controlarlo, pero me había encontrado con cosas nuevas, una de ellas era las chicas con las que me estaba rodeando. Admito que, a excepcion de Rachel, todas las demás, parecían ser... fuera de serie, algo que yo mismo no podía entender.

Llegué a una parada de información, tendrían que decirme dónde estaba la biblioteca, sí, aunque el mundo no lo creyera Keane Osman iría a una biblioteca a buscar respuestas. Ya no podía quedarme con la duda y menos con lo último sucedido con Amanda.

- Lo siento - dije inconcientemente al chocar con alguien - perdón, es que venía muy distraido y... - entre que respiré y me di cuenta, sentí que la persona con quien había chocado no era para nada normal.

Eso fue muy extraño. La chica con la que había chocado buscaba lo mismo que yo: una biblioteca.
- Ah... pues en realidad no sé donde está una - la chica torció la boca molesta, y estaba a punto de irse - pero ahora mismo yo también estaba buscando una - ella volteó a verme incredula, supongo que pensaba que era una excusa - no, es verdad, yo soy nuevo en la ciudad y quiero encontrar una. Justo estaba pensando ir a preguntar... allá - le señalé el centro de información - si quieres vamos
Eso ultimo lo había dicho por instinto, creo que me acababa de dar cuenta qué era ella, y de alguna forma, eso podría ayudarme a mi busqueda

Odiaba que la gente no fuera amable conmigo cuando yo lo estaba intentando ser. Pero yo debía de serlo (o por lo menos intentarlo) después de todo era un "caballero" (ja, claro)

- Me llamo Keane - le di mi mano para estrecharla - ¿tu eres...?

La chica todavía me mal miró, pero terminó estrechandola y presentandose. Entonces llegamos al centro de información y preguntamos al mismo tiempo sobre la biblioteca.

- Luna está bien, supongo - contesté cuando me dijo que sus amigos le decían Lu, pero que yo debía decirle Luna.

En el centro de información nos dijeron que estabamos un poco lejos, así que tendríamos tiempo de hablar. Apenas pensaba en eso, cuando ella me preguntó sobre la información que buscaba. Iba a ser una tontería si le decía que buscaba información de vampiros y seres fuera de lo normal... como yo.

- Pues... - comencé a imaginar una historia, sí, eso era - estoy escribiendo una historia... cosas paranormales, y quiero buscar todo lo que pueda de seres fuera de lo común - volteé satisfecho de mi pretexto

Cuando hizo esa pregunta casi tropiezo con un hoyo que no vi. Era lo que menos me esperaba, que me hablara sobre eso.
- Bueno... - aclaré mi garganta - sé algunas cosas, no mucho, tu sabes, luna llena, lobos grandes, grandes colmillos, fuerza descomunal - de mi estatura, de mi complexion... yo.
Ella torció la boca no estaba tan satisfecha de mi respuesta.
- Yo de lo que busco en realidad es de... vampiros - dije temeroso la ultima palabra

No podía contestarle con toda la verdad, eso era definitivo, pero parecía de verdad interesada. Apenas abría la boca para contestar su primera pregunta cuando hizo otra, la temida por mi, por que era lo que sabía también, pero no mi mayor deseo...

- No lo sé, eso es exactamente lo que quiero averiguar - dije tornandome serio - había escuchado eso, pero no lo sé a ciencia cierta, eso y algunas otras cosas quiero averiguar... - y antes de que pudiera hacerme otra cara, le pregunte - ¿Y cuál es tu interes en todo eso?

- ¿Alguien que necesita ayuda con eso? - repetí mirándola con sospecha, hasta que sacó eso de porqué me había interesado, así que, pensé, tal vez estar con ella sería lo más conveniente - ah, pues verás, siempre me ha llamado la atención todo aquello relacionado con lo mitológico, no sé, me hace pensar que hay algo más, que no sólo es eso lo que sucede... no es escribir algo ficticio, es encontrar parte de la verdad... - ella me miraba fijamente - o más bien, como tú, ayudar a alguien sabiendo lo que sucede
Di un paso largo, le abrí la puerta y entramos en la biblioteca

De pronto me evitó, vaya chica. Se le olvidó por completo que estaba a su lado para investigar ella por su lado. Lo peor es que necesitaba de la misma ayuda de esa mujer que buscaba el libro de ella, por ende, no podía hacer más que esperar.
La señorita le dio una respuesta afirmandole la existencia del libro, y le dio una ubicación y ella salió disparada.
- Oye espera - la detuve del brazo y sin querer sentí calor que sólo podía tener alguien más... sólo una persona que fuera igual a mi.
Me quedé mirando su brazo y luego sus ojos. Oh por Dios, estaba frente a alguien como yo.

- ¿Diferente? - pregunté desconcertado, acto seguido me rei - ¿cómo quieres que le diga a alguien lo que eres si yo también me estaría poniendo en riesgo?
Sentí, un segundo después, que le había hablado muy feo, así que me contuve y susurré.
- No le diré a nadie, si tu no dices nada... - nos miramos fijamente, apretando los ojos, pero los dos casi instintivamente suspiramos de alivio. Miré el stand y tomé el libro que ella buscaba - ¿por qué buscabas éste libro? - pregunté mientras lo hojeaba

- En realidad buscaba cualquier cosa - miré el indice buscando algo interesante - me daba igual que fuera este libro o algún otro, sólo quería algo que me respondiera dudas - mitología de los hombres lobo... leyendas americanas... leyendas europeas... - parece que todo lo que viene aquí son leyendas - ella me arrebató el libro - oye, aun lo estaba observando - pero me malmiró y empezó a buscar por su cuenta - pero si me he encontrado con la señorita amabilidad...

Me hice a un lado y seguí mirando titulos. Ella no iba a ser la mejor aliada respecto a saber qué pasaba conmigo, pero al menos, saldría de algunas dudas

- Dijiste que lo heredaste, ¿De tu madre? ¿de donde era ella?

- ¿De una reserva? - pregunté cachando un libro que sin querer había dejado caer - ¿qué tipo de reserva?
Era la cosa más extraña que podía imaginar, porque tenía entendido, gracias a mi loco señor que dice ser mi abuelo, que hay leyendas de esa vieja reserva donde vive. Talvez así eran todas las reservas o talvez los dos, sin querer, eramos del mismo lugar.
- Mis padres también eran de una reserva, al norte de Washington, la Push

¡oh dios, oh dios, oh dios! No sabía qué hacer, de pronto la señorita amabilidad se empezó a poner roja y sus ojos se cristalizaron, apenas pudo recargarse en un librero y luego sentarse para comenzar a dejar caer lágrimas de sus ojos.

- Espera... - pero era demasiado tarde, también me dijo que su madre era de ahí, sin embargo parecía ser que le dolía demasiado recordarlo - calma ¿si? - miraba el piso tan fijamente que de pronto todos sus signos de dureza se habían ido. Tomé mi mochila y me puse a buscar un pañuelo desechable que hab{ia guardado, cuando lo encontré se lo ofrecí - mis padres eran de ahí, los dos, supongo que a lo mejor hasta parientes somos - la chica puso una cara de espanto - bueno, no soy tan mal familiar, creo...

Me mordí el labio. No sabía qué decirle a la chica, estaba bastante triste, y la comprendía. Bueno, más o menos.

- Yo nací allá, crecí poco de tiempo ahí y luego me fui a Canadá, luego a Inglaterra y hui a Francia, tengo vagos recuerdos de ese lugar, así que no te sientas mal, no eres la única que no conoce el lugar de sus origenes. - Le pasé la mano en la espalda tratando de reconfortarla, me daba un poco de ternura, así no parecía tan amargada - tienes una pista de tus origenes, y yo también, así que ya llevamos algo de gane

¿Qué teníamos de gane? Buena pregunta.