Día especial

El impacto contra el árbol me había aturdido bastante como para reaccionar, nunca me había puesto a pelear de tal forma con alguien, ni siquiera había peleado bien... era patético este resultado, pues en alguna ocasión peleé pero como lobo y ahora eso era algo que no me podía permitir, no con él, además si usaba mi poder sobre él la presión que ejercía sobre mi cuello permanecería era un arma de doble filo, podría mover algún objeto pero seguía sin saber sus poderes y él únicamente buscaba que nuestras miradas se cruzaran.

Ahora quería ir a mi casa, sentía impotencia, aunque estaba aliviada pues nadie se encontraba ahí, el mensaje fue distinto, pues no sabía cuanto duraría este juego, pero tampoco sabía si él se daría cuenta de mi ausencia, así fuera un día entero... esto me había dolido más que el golpe contra el árbol -No haré lo que dices puesto que regresaré a casa como lo tengo planeado- no intentaba safarme de su mano aunque había puesto una de mis manos sobre su muñeca sin hacer presión -¿Siempre tratas así a una mujer o no sabes aceptar la realidad?- trataba de respirar calmada para no provocar una falta de aire yo sola.

Sus juegos con mi cabello creo que cumplían la finalidad de tensarme... "¿porqué no exigiste una pelea justa cuando pudiste y ahora no estarías aquí padeciendo por que hacer?" todo era distinto cuando estás en fase y cuando no... tenía que salir de aquí, ahora era por mi propia convicción y por demostrarme que no lo necesitaba, usé la telequinesis y moví solamente unas hojas que estaban detrás de él a unos cuantos metros para simular que alguien se acercaba o que sé yo... los nervios empezaban a ganarme y el coraje igual... pero tenía que vencerlos a los dos y también a Damon -¿Qué harás ahora?- mi pregunta era retórica y había venido después de aquél sonido que se escuchó.

Ahora sus ojos no los había podido esquivar pero al menos ya tenía mi cuello liberado y podía respirar con tranquilidad, se me había olvidado por completo el entorno en donde nos encontrábamos y todos los sentidos desarrollados que teníamos, el mínimo roce de su cuerpo con el mío hacía que la piel se erizara por completo, no podía evitarlo y tenía que hacerlo, por más que me repetía que me calmara no podía, no encontraría a nadie en casa si él iba pero... pero no sabía que estaba sucediendo.

-No te atrevas a tocarme- fue todo lo que dije después de su amenaza, sus ojos ahora mandaban sobre mí y yo obedecía, trataba de negarme, lo hacía, lo intentaba, pero el nerviosismo seguía en mí, era un fracaso a decir verdad, logré sentarme totalmente enojada conmigo por haberme dejado envolver por él mientras volvía a verlo a los ojos y veía como se burlaba.

Entrecerré los ojos, era real que yo sin entrar en fase no iba a poder pelear como debería o quizá sí, pero no lo sabía y ahora mi orgullo estaba de por medio... no sabía que hacer... después de entrar en fase buscaría la manera... no podía ponerme a planificar ahora que era todo lo que haría -¿Lloriquear?- en esta ocasión no quité mi vista de la suya, tenía un poder de hipnosis, mi telequinesis era buena lo sabía pero había actuado por impulsos ahora tenía que usar mis poderes con inteligencia y no por salir de un problema -No voy a ir a lloriquear, no lo acostumbro, sé resolver mis problemas sola y llorando no se solucionan, lo he aprendido- solté su mano de mi barbilla de un jalón y me paré de nuevo.

Ahora era un momento en el que tenía que decidir que hacer pero sencillamente no podía, aunque no me podía dejar llevar por él, ahora también sabía que tenía que evitar a toda costa sus ojos para que no me hipnotizara y lograra que yo incluso sola me matara, tenía tantas cosas dando vueltas en mi cabeza, que ordenarlas en dos segundos sería un verdadero caos -Juguemos- fue lo que dije sin saber de donde había provenido mi voz, sin saber a que me atenía, repasé el lugar una vez más -Como tú lo dijiste hace rato, el bosque es el lugar favorito de los lycans- quizá ese era un buen motivo por el cual entrar en fase... un lobo está mejor en la naturaleza.

Al parecer mi respuesta le había agradado en sobremanera y ya no había marcha atrás... pero en mi interior seguía aquella lucha entre convertirme y no... usé mi velocidad mientras él se cruzaba de brazos, al momento de regresar ya venía en forma de lobo... fue una decisión apresurada lo sabía pero también sabía que quería seguir viva.

Simplemente empecé a rondarlo sin acercarme a él, siempre me amenazaba... así que si su hipnosis no era lo único entonces ¿qué más podía hacer... ahora estaba incomunicada... no podía hablar, pero podía pensar... hice una prueba "No me daré por vencida tan rápido" fue lo que salió de mi mente esperando una respuesta de su parte pero nunca llegó, mi cabeza seguía dando vueltas para ver en que más podía hacer.

Tenía que concentrarme si quería ganar o por lo menos salir viva, eso lo sabía, tenía que salir viva aunque nadie me esperara en Nueva York, gruñí sin acercame a él sólo dando vueltas esperando a ver que movimientos hacía, no podía ver sus ojos y eso ya lo tenía claro después de tanto discutir conmigo misma, me acerqué un poco hacia él pero manteniendo distancia dando vueltas a su alrededor sin bajar la guardia un sólo segundo.

Lo recordaba, recordaba cada una de las cosas que me había dicho que hacía un cazador, lo sabía, lo tenía en la mente, quizá hasta sabía con exactitud que hacer pero no lo haría, no podía, no quería convertirme en una bestia como él, un animal, pero también estaba conciente de que esto no nos llevaría a ningún lado.

Me incorporé del golpe que me había dado de nuevo, sabía que al morderlo me pondría en peligro también pero ¿qué más daba? tenía que salir a como diera lugar y viva... por lo menos eso, era algo que quería hacer, no podía contestarle, pero sabía perfectamente cuanto le divertía esto.

Para demostrar que mi telequinesis era mucho mejor de lo que él pensaba arranqué una rama lo suficientemente grande como para que al caer a escasos centímetros de él lo distrajera, aproveché la distracción que había ocasionado en Damon y me lancé sobre él rasgando con las patas delanteras su pulcra camisa, había logrado hacer algo pero no sabía que, había quedado en el suelo con el impacto pero no sabía cuanta ventaja tenía por esto, empezaba a calmarme y a tratar de pensar... pero realmente pensar, todo lo que me había dicho Romanus me venía a la cabeza pero resultaba que no lo aplicaba... y aún no sabía el motivo.

El dolor que sentí alver como esa rama traspasaba mi hombro lo pude soportar haciendo una mueca y ahogando lo que sería en vez de un grito de dolor un aullido, era un infeliz sin escrúpulos de eso no había la menor duda en este momento pues lo estaba demostrando y más cuando hizo aquella reverencia para burlarse.

El peso de la propia rama hizo que se cayera de donde él la había dejado, nada podía hacer puesto que como lobo no podía hacer mucho, sabía que me iba a arriesgar pero no importaba, cuando él se agachó para hacer la reverencia caí de nuevo en mis cuatro patas impulsándome hacia él y mordiendo esta vez su brazo, mis poderes tenían que servir de algo aunque no sabía de que, sabía que su sangre pronto empezaría hacer efecto en mí, pero también sabía que la mordida a él le duraría mucho más que la herida que tenía ahora en mi hombro.

Me interné en el bosque después de morderlo pero no cambié de forma seguí igual esperando a ver si salía por algún lado para seguir, a mí no me interesaba su camisa y le podía pagar las que fueran necesarias.

Sentí como uno o varios huesos se rompieron cuando la sanguijuela cayó encima de mí, después de eso todo fue muy rápido y nada más pude obedecrer lo que me decía mientras trataba de evitarlo pero no podía, me alejé por el bosque y encontré de nuevo el lugar a donde había dejado mi ropa cuando me decidí que era mejor la transformación, el dolor me hizo un poco difícil salir de fase pero por fin lo logré, como pude me vestí y observé que el hueso roto pertenecía a mi brazo derecho acomodé el hueso como pude, estaba enojada, furiosa por lo que había sucedido, esto no podía quedarse así y no dejaría que él se acercara a mi casa siquiera para que pudiera hacer un daño a gente que no debía.

No sé de donde agarré las fuerzas necesarias para seguir el hueso ya se estaba soldando por completo, le mandé un sms a Joseph diciéndole que me pasaría un par de días con mis padres, no sabía cuando lo vería y quizá ya estaría de regreso en casa así que las explicaciones serían pocas y no había mucho que decir, excepto por si marcaba a casa de Brian y Reth pero eso era algo que no podía resolver en este preciso momento.

Me concentré para poder encontrarlo de nuevo y rastrearlo, no fue algo muy difícil, había jugado mal, lo sabía pero era algo que no interesaba si eso había hecho que salvara mi vida y que ese chupasangre no me hubiera hecho nada más de lo que ya había ocasionado, no era todopoderoso, y claro yo tampoco, pero no podía dejar esto así con una victoria de su lado, por lo general no es algo que yo acostumbre, una derrota en cualquier ámbito no es lo mejor para mí.

Me acerqué hasta el lugar donde se encotraba disfrutando su victoria, evadir sus ojos eran mi único reto y atacando por la espalda sería lo más correcto, no le haría nada sólo sería un adiós, me concentré lo más que pude en todo lo que me había explicado Romanus, no era así, no era una asesina pero ahora era mi vida o la de él.

Lo tomé por el cuello haciendo un poco de presión para traerlo hacia mí, era más alto que yo y necesitaba tenerlo a mi altura para que no se pudiera mover, enredé una de mis piernas entre las suyas para evitar que hiciera una palanca y saltara, no sé ni como ni que fue lo que pasó que sin pensarlo saqué aquella daga que Romanus me había regalado y se la puse en el cuello -No soy ninguna novata y no voy a permitir que me amenaces, no te quiero ver en mi casa entendiste, no quiero que te acerques a mi casa, porque no te quiero volver a ver en mi vida maldito chupasangre- lo aventé con las fuerzas que habían salido del mismo coraje que sentía hacia el suelo y clavé la daga justo en uno de sus brazos, no me sentía bien pero no podía dejar que me amedrentara, no me escondería de él ni de nadie.

Dí media vuelta y con la velocidad que me permitía mi condición me alejé de donde lo había dejado para perderme de nuevo de su vista, regresé al camino a donde lo había encontrado en donde ya había demasiada gente, patrullas, policías y chismosos.

Me perdí viendo aquél horripilante escenario una vez más y fue lo peor que pude haber hecho, cuando volví a reaccionar sentí una presión en la espalda, después su voz y por último... caí sobre mis rodillas y apoyé las palmas de mis manos sobre la acera mientras todos corrían pero de poco valía iba viendo como uno a uno caían muertos o heridos, y ahora yo estaba entre ellos.

Él sonreía mientras yo trataba de sacar la daga que me había enterrado, no sabía que ocasionaría esto pero si me quedaba así... moriría en sus brazos y no sería algo romántico precisamente, contuve el aliento unos segundos y con la fuerza que aún me quedaba fui deslizando la daga, sentía el filo recorrerme, mientras delante de mí tenía la peor película de terror y sabía que no quería ser parte de ella, saqué la daga por completo y la vi, me la había regalado para que me defendiera y ahora estuvo a punto de quitarme la vida, después de hoy se quedaría en casa si es que llegaba.

Safé mis zapatos ayudada por mis propios pies para ver si aún tenían movilidad, afortunadamente, la tenían, no me podía poner de pie en este preciso momento, él tenía razón, no debí darle la espalda, la herida comenzó a cerrar poco a poco se sentía pero dolía, deseaba estar en otro lado y no aquí -Eres un poco hombre...- si en este momento me mostraba derrotada perdería automáticamente y pediría la revancha pero sin que se acercara ni un poco a mi casa, aunque en esa casa ya prácticamente sólo viviera yo -¿Cómo te digo?- tomé la daga y la lancé hacia una pared en donde se quedó clavada -No eres un murciélago...- no había visto que uno de los de él se pudieran transformar en animales, era la primera vez -Un cuervo... muy ingenioso Damon, tengo que aplaudir eso- aplaudí varias veces mientras trataba de dar algunos pasos, iba mejorando aquella herida y eso ya era ganancia -Pensé que habías dicho que no te gustaba jugar sucio y lo hiciste, que rápido cambias de decisión- me acerqué a donde había quedado la daga y la tomé -Eres un asesino...- me acerqué a una de las víctimas de Damon y me agaché lo cual provocó una leve punzada donde había herido pero pasó rápido, tomé los lentes de la chica y me volví a enderezar -... pero claro eso a ti no te importa y hasta lo vitoreas- me coloqué los lentes, había aprendido que sus ojos eran lo suficientemente peligrosos como para hacer algo en mí y no me arriesgaría nuevamente -Sólo te recuerdo que esto es entre tú y yo, además si de algo te sirve, me salí de mi casa y el par de viejos que viven en ella no me interesan- encogí los hombros, era verdad las personas que había dejado en Portugal no me interesaban en lo más mínimo -Y no hay nadie que me espere en casa- otra verdad pero esta era dolorosa.

No sabía que tan buena puntería tendría ahora que el dolor me impedía mucho el movimiento -No te voy a obedecer Damon, ¿no te has dado cuenta?- caminé un poco más erguida y con pasos más firmes, vi como se movía con rapidez y como era que yo no podría seguirlo en este preciso momento.

Lancé la daga al árbol en donde se había colocado sin la intención de que cayera sobre él -Odioso eres tú y existes, desafortunadamente- no me sentía muy bien la ponzoña que había entrado en mí cuando me clavó la daga estaba haciendo sus efectos en mi cuerpo y por eso la herida no sanaba tan rápido como debía, volteé a verlo sobre aquella rama -No eres el más poderoso Damon y me alegrará mucho ver cuando caigas- toda la sangre que había visto en este momento era más de la que yo podía soportar.

Cínico era una palabra que ya le empezaba a quedar corta a alguien como él así que tendría que buscar algo más para describirlo aunque no lo encontraba a decir verdad, vi como tomó la daga y cuando dijo que se la llevaría, no era que ese hecho no me interesara sino que no tendría la fuerza suficiente para quitársela, esa daga no la había robado como él lo había pensado, dejé que dijera o hiciera lo que quisiera, ninguno de los dos habíamos ganado.

Empezó a caminar y me quedé parada -Iré al doctor, gracias por el consejo- grité un poco mientras él se alejaba, cuando lo perdí de vista me dejé caer en el piso sujetando mi espalda con una de mis manos y haciendo presión, no podría entrar en fase pero tampoco podía regresar a mi casa, tendría que quedarme en el bosque que estaba cerca hasta que me sintiera mejor.